domingo, 27 de octubre de 2019

El Coliseum paga los platos rotos del Valencia Basket (62-93).

Derrota de las que hacen daño. El Valencia Basket pasó como un rodillo por el Coliseum aplastando a un irreconocible San Pablo Burgos (62-93) en partido correspondiente a la 6ª jornada de la Endesa ACB. El equipo valenciano fue muy superior a los locales durante casi todo el partido, tanto en ataque como en defensa, logrando desactivar por completo el juego ofensivo burgalés. Con este resultado, el Miraflores cosecha su 2ª derrota consecutiva en competición doméstica mientras que el equipo taronja (y su entrenador Jaume Ponsarnau) toman aire tras un inicio de campaña que está dejando mucho que desear.


Mal partido de los hombres de Joan Peñarroya. Tras un buen primer cuarto, el conjunto azul se vino abajo superado completamente por sus rivales. Valencia Basket subió su apuesta en defensa y logró cortocircuitar el juego burgalés. En ataque, los naranjas supieron aprovechar los huecos que dejaba una defensa a la que le costaba encontrar su sitio y que sistemáticamente dejaba lanzamientos francos a sus tiradores. Mal partido del que se pueden sacar sin embargo muchas cosas para que el San Pablo mejore en futuros compromisos.

LA CRÓNICA

San Pablo lleva la batuta (16-15)

Inició el partido el San Pablo muy enchufado con  Benite anotando desde el exterior. Al conjunto visitante le costaba anotar, aunque poco a poco empezaba a exhibir una buena defensa (8-4 min 5).

El partido seguía con un ritmo de anotación bajo, pero siempre con la iniciativa del equipo inmobiliario. La salida a pista de Dubljevic empezaba a vislumbrar un cambio en el partido que al final del período todavía no se había concretado (16-15 min10).

Dubljevic rompe el partido (13-27)

En al reanudación, el Valencia Basket refrendó esa buena tendencia y rompió por completo el choque. Dubljevic era amo y señor de ambas zonas y alimentaba de balones a Motum. Vives era una lapa en defensa, y sólo los triples de Bassas mantenían al Miraflores en partido (25-27 min 15).

Los de Ponsarnau conseguían un 0-9 de parcial con 2 triples de su jugador franquicia que obligaban a Peñarroya a parar el partido. Sin embargo, poco podía hacer el técnico burgalés, ya que la defensa taronja lograba cortar la fluidez del juego del San Pablo, dejando un 29-42 al descanso.


El momento de Colom (16-26)

El San Pablo necesitaba un cambio y tras el descanso puso todo de su parte para ello. El conjunto local salía mucho más acertado en ataque, mostrándose más incisivo y haciendo daño al Valencia Basket. Sin embargo, esa mejoría no se veía en defensa, donde guiados por un excelso Quino Colom, Valencia Basket seguía jugando a lo suyo (41-51 min 25).

Un 0-6 de parcial con 2 triples de Colom y Loyd separaban al Valencia en el marcador, desesperando por completo al Miraflores. El conjunto azul empezó a mirar a los árbitros y se olvidaron de jugar el partido, dejando vía libre para que el equipo de Ponsarnau se fuera irremediablemente en el marcador a base de tiros libres (45-68 min 30). 

Minutos de la basura (17-25)

Poco más iba a dar de sí el partido. Valencia Basket se limitó a administrar su ventaja ante un Miraflores que hacía ya tiempo se había marchado del partido. Ponsarnau se dedicó a dar descanso a sus hombres y puso en pista a los menos habituales (Abalde, Marinkovic) para que fueran cogiendo confianza. El partido penó durante 10 minutos en los que las ventajas llegaron a acercarse peligrosamente a unos escandalosos 40 puntos de diferencia. Al final del partido se evidenció que el Valencia juega (cuando quiere) en una liga completamente distinta a la del San Pablo por la calidad de su plantilla. Al final, el marcador se paró en un contundente 62-93 en un partido que acabó para respiro de todo el Coliseum.


LAS CLAVES


- Ponsarnau cambia de estrategia: el cambio en al dinámica del partido vino cuando el técnico naranja vio su error al plantear el partido. Valencia Basket saltó a pista con un juego exterior de jugones (Van Rossom, Loyd, San Emeterio) y buenos defensores en pintura (Ndour Labeyrie). Finalizando el cuarto cambió de estrategia, dando entrada a un quinteto (Colom, Vives, Doornekamp, Motum y Dubljevic) donde los defensores estaban en perímetro para dejar la zona a los anotadores. 

Ese cambió decantó la balanza. Valencia Basket empezó a frenar las líneas de pase de un San Pablo que no se encontraba cómodo en pista. Por dentro, el conjunto naranja aprovechó la poca dureza de los Clark, Vega Huskic y Lima para anotar con fluidez y dejar espacios en el perímetro una vez que los exteriores del San Pablo acudían a la ayuda de sus pívots.


- El lanzamiento exterior burgalés: se ha visto en las derrotas del conjunto burgalés y en partidos no tan cómodos. Si el San Pablo no encuentra puntos desde el exterior, lo pasa muy mal para ganar los partidos. El conjunto azul cuenta con una buena nómina de tiradores, pero ayer no tuvieron su día. 

Bassas anotó 3 triples en el partido y Benite también se fue con 2 en su casillero aunque anotados ambos antes del minuto 5 de partido. Peor le fue a McFadden, que se marchó a casa con 0 puntos en su casillero. Gran parte de este pequeño desastre fue culpa del la defensa del Valencia Basket, que supo romper las líneas de pase burgalesas e impidió lanzamientos cómodos.


- Los pívots, superados: la calidad de la rotación interior que había enfrente (Ndour, Labeyrie, Motum y Dubljevic) era muy superior a la del conjunto azul. Durante todo el partido, el Valencia Basket tuvo bien atados a los pívots del San Pablo, dejándolos en números irrisorios. Lima hizo 7 puntos, Clark 5 (3 desde la línea de triple), Vega anotó 2 tiros libres y Huskic solo 1. Muy poco bagaje ante unos rivales que anotaron 44 puntos y eso teniendo en cuneta que el mejor de ellos, Dubljevic, solo jugó 15 minutos y vio desde el banquillo el último cuarto y parte del anterior.


- La defensa de Vives: fue el factor que desequilibró el partido. La salida del base catalán, con Colom a su lado, supuso un cambio en el juego del partido. San Pablo ya no movía el balón a gusto por la pista, y los tiradores azules no conseguían recibir el balón en buenas posiciones. En ataque, el juego valencianista fluía y siempre encontraban a un jugador liberado. 

El partido del base catalán de Valencia Basket demuestra una vez más la importancia de ese tipo de jugadores que se sacrifican por el grupo y dan de sí muchísimo más de lo que dicen las estadísticas. El jugador taronja fue clave en la victoria de su equipo pese a sus 0 puntos, 4 rebotes y 4 asistencias para 6 de valoración. Eso sí el Valencia Basket obtuvo un +25 con él en pista, el mejor de su equipo en esta estadística. Todo ello en 18 minutos de juego.

- Los parciales: sencillamente demoledores. El 2º caurto acabó 13-27 y lo peor estaba por llegar. Toda la 2ª parte acabó 33-51, y desde el minuto 25 de partido (el ecuador del tercer cuarto), 21-42. En los últimos 15 minutos, el Valencia Basket dobló al San Pablo.

- El arbitraje: sin duda muy discutido. El trío arbitral tuvo un partido complicado, con mucha actividad de las defensas y un nivel físico muy alto. No anduvieron especialmente finos en determinadas jugadas, pero no fueron decisivos en el devenir del partido. 

El problema vino en el tercer cuarto, cuando un San Pablo que pese a su mejoría se veía superado por el Valencia Basket se olvidó del partido y empezó a mirar a los árbitros en busca de respuestas. No estuvieron acertados del todo ahí los árbitros, pero la superioridad del Valencia Básket fue tal que no se puede mirar a los jueces buscando la justificación del la derrota.


EL MVP


Quino Colom: le estaba costando al campeón del mundo rendir con el Valencia Basket, pero ante el San Pablo se soltó el mejor partido en su nueva etapa a orillas del Turia. El base consiguió 13 puntos y 6 asisencias para 22 de valoración en un partido donde Ponsarnau repartió mucho los minutos. 

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