miércoles, 13 de noviembre de 2019

Langford es demasiado para el San Pablo (74-66).

Se impuso la lógica en el OAKA de Atenas. El AEK venció al San Pablo Burgos (74-66) en el partido de la 5ª jornada de la Basketball Champions League. El conjunto que dirige Joan Peñarroya fue todo el partido a remolque hasta que en el último cuarto logró ponerse por delante. Sin embargo, el AEK volvió al partido a tiempo y cerró el marcador con un parcial de 10-0 en los últimos 3 minutos del partido. El mejor del choque, Keith Langford, autor de 30 puntos y el responsable de abrir ventaja para su equipo en el primer cuarto y de sentenciarlo en los minutos finales.


Duarante 30 minutos, el San Pablo dio una mala imagen. Superando siempre por el AEK, los burgaleses no encontraban la forma de atacar el partido, siempre a merced de sus rivales. El equipo se mantenía en el partido a base de tirones individuales y gracias a cierta parsimonia de los locales, que tenían siempre la sensación de controlar el partido. En el último cuarto el conjunto burgalés cambió de cara y logró ponerse por delante en el marcador, pero murió a falta de 3 minutos desfondado por el trabajo físico y a merced del juego de Langford.

Con este resultado, prosigue la mala racha del San Pablo, con 7 derrotas consecutivas y un 1-8 en los últimos 9 choques. El grupo de la BCL se está partiendo, con AEK y Hapoel por delante destacados y el resto de equipos en un puño, con el San Pablo empatado en el cuarto puesto junto al EB Pau-Lacq Orthez, Teksüt Bandirma y Awill Wloclawek y con una victoria de ventaja sobre el Telenet Giants Antwerp, colista del grupo. Por delante resiste el RASTA Vechta alemán, con 1 victoria de ventaja sobre el pelotón en el que está el Miraflores.



LA CRÓNICA

AEK lo pone difícil (28-19).

El partido empezaba frío. El ambiente en un fantasmagórico OAKA no ayudaba, pero poco a poco el AEK entraba en calor. Langford lideraba a los suyos, pero Fitipaldo mantenía a flote al San Pablo (16-7 min 5).

El conjunto burgalés reaccionaba, y un 0-7 de parcial que igualaba el marcador con 3:45 por delante. El tiempo muerto de Papatheodorou mató el partido. El equipo del Pireo sacaba un quinteto más físico, se aplicaba en defensa y cerraba el rebote. El resultado fue un parcial de 12-3 hasta el final del cuarto, con un San Pablo que sólo era capaz de anotar desde el tiro libre (28-19).

Mejor atrás, pero insuficiente (14-14).

En el 2º cuarto el San Pablo mejoró en parte. En defensa, el conjunto castellano era capaz de cerrar el grifo a los atenienses, pero en ataque seguían atascados pese al empeño de Bassas (32-25 min 15).

AEK movía el banquillo, en parte obligado por la acumulación de faltas de sus bases. El partido seguía languideciendo a un ritmo soporífero y con poco acierto, hasta que Fitipaldo le insufló un nuevo aire mejorando mucho al Miraflores en ataque. El cambio fue un espejismo, ya que Maciulis y Sant-Roos desde el triple dejaban el choque en 42-33 al paso por vestuarios.

Langford es un muro (16-17).

Poco cambiaba el partido tras el paso por vestuarios. El ritmo seguía siendo soporífero y parecía que los segundos no corrían en el electrónico. Pocos cambios en pista, con un AEK que desde el triple mantenía cómodamente ventajas cercanas a los 10 puntos (48-40 min 25).

McFadden cambió un poco el partido. Una racha de las suyas ponía el partido a 5 puntos de diferencia, pero Langford y Sant-Roos se encargaban de devolver la calma. Finalizando el cuarto Huskic volvía a acercar a 5 al Miraflores, pero un triple de Langford sobre la bocina tiraba un jarro de agua fría sobre el San Pablo y dejaba el marcador en 58-50.


Morir en la orilla (16-16)

Comenzaba el San Pablo con intención de comerse el partido. Bassas conseguía un 5-0 de salida que cambiaba al dinámica del choque. Peñarroya encontró un quinteto que supo jugar a la defensa helena y lo aprovechó. Con un enorme Huskic moviendo el balón a su antojo, poco a poco el Miraflores iba minando la desventaja en el electrónico ante un AEK inofensivo sin Langford en pista. La ventaja iba cayendo hasta que 5 puntos seguidos de Javi Vega llevaban la igualdad al electrónico (62-62 min 35).

Tokoto ponía al San Pablo por delante en el marcador por primera vez en todo el partido (62-64), y con 3:40 por jugar, Papatheodorou cambió el partido. El técnico heleno dio entrada a Langford y el partido cambió por completo. Sant-Ross empataba y Benite daba otra ventaja al San Pablo, pero ahí Langford dijo que ya bastaba. Primero un triple de Gkikas con asistencia del americano y luego un tiro de 3 puntos del "5" del AEK ponían las cosas en su sitio. Los jugadores burgaleses estaban reventados del esfuerzo de la remontada, y cedieron el partido incapaces de dar réplica al terremoto que supuso la entrada en pista de la estrella del AEK. Al final del partido, el marcador lucía un 74-66 que es la ventaja que durante 35 minutos manejó el AEK con solvencia en el marcador.


LAS CLAVES


- El ritmo lo marcó el AEK: durante 35 minutos, el partido se jugó al ritmo que propuso el AEK. El equipo de Papatheodorou propone un partido lento, con posesiones largas y sin juego en transición. Para ello cuenta con una defensa granítica y unos jugadores que cargan mucho el rebote ofensivo para impedir que los contrarios corran al contragolpe.

Durante gran parte del partido el San Pablo no supo leer el juego de los helenos. Cayó en la maraña defensiva del AEK y se le veía realmente incómodo en el partido. En el último cuarto, Huskic supo cambiar el ritmo de partido y se echó el equipo a las espaldas. Empezó a moverse para circular el balón y descolocar la defensa griega, creando mucho huecos que sus compañeros supieron aprovechar. Esta faceta del juego duró hasta que en los últimos 4 minutos el AEK retomó el timón del partido y acribilló desde la línea de 3 al San Pablo.

- Langford, el mejor jugador de la Basketball Champions League: pocos lo dudaban, pero en este partido se ha reafirmado. Impresionante partido del escolta americano, rompiendo el partido en el primer cuarto y siempre saliendo al rescate de su equipo cuando el San Pablo se acercó en el marcador al final del segundo y tercer cuarto y sobre todo en los minutos finales, cuando con su sola presencia en pista el Miraflores ya dio un paso atrás.

- Gkikas y Langford en los últimos 210 segundos: sabe Dios (o Zeus en este caso) por qué Papatheodorou mantuvo a Langford en el banquillo hasta que el San Pablo se puso por delante. Cierto es que el jugador americano llevaba muchos minutos sobre el campo, pero viendo cómo estaba el partido, no tiene mucho sentido.

Con su entrada, el choque cambió por completo. El juego plomizo que imprimía un cansado Sant-Roos se tornó en una circulación de balón vistosa que desarboló la defensa burgalesa y abrió los huecos que permitieron los puntos en el final del partido. Desde la entrada de Langford al campo, el partido tuvo un parcial de 12-2, 10-0 en los últimos 3 minutos del choque, con un destacado Gkikas, autor de 5 puntos y 1 asistencia con el americano a su lado.

- Los partidos no duran 10 minutos: ya le pasó al San Pablo el pasado sábado en Tenerife. Tras todo el partido a remolque, con desventajas que rondaron en ambos casos la decena de puntos durante muchas fases del partido, el conjunto burgalés parece querer arreglarlo en el último cuarto. En ambas ocasiones ha conseguido llegar a los minutos finales con opciones de victoria y ha conseguido lavar su imagen a lo largo de los otros 30 minutos del choque, pero se han venido de todas formas con 2 derrotas más a su zurrón.

EL MVP

Keith Langford: sublime partido del escolta americano del AEK de Atenas. Contra el San Pablo, el americano se fue hasta los 30 puntos, 4 rebotes y 4 asistencias para 32 de valoración. Además, el americano consiguió unos muy buenos porcentajes de tiro, por encima del 55% tanto en triples ( 55,66%) como en canastas de 2 puntos (66.66%).

No hay comentarios:

Publicar un comentario