Este equipo puede con todo. El Hereda San Pablo Burgos se impuso a los elementos y asaltó el Martín Carpena venciendo al Unicaja Málaga (93-101). El conjunto de Joan Peñarroya se repuso de una mala primera parte para a base de defensa y coraje, remontar e imponerse en el cuarto final. Tras el paso por vestuarios, Unicaja desapareció de la pista, y después de casi 5 minutos sin anotar en el cuarto decisivo, puso en bandeja el triunfo a los burgaleses, que no desaprovecharon el regalo. Gran partido de McFadden en los momentos clave y Sakho y Rivero bajo los aros, de nuevo el punto desde donde el Miraflores anotó más puntos.
Partido con 2 mitades muy diferenciadas. En la primera, el Unicaja se aprovechó de la pobre defensa burgalesa para acribillar a triples el aro rival. Tras el paso por vestuarios, los jugadores de Peñarroya cambiaron su actitud y remontaron ante un Unicaja primero impotente y luego incapaz de centrarse en el partido viendo cómo se les escapaba de las manos un choque que tenían controlado.
LA CRÓNICA
A base de triples (30-24).
El partido empezaba rápido y con muchos puntos. Rivero y Renfroe llevaban la voz cantante en el parquet y daban las primeras ventajas a los visitantes. Deon Thompson era el que hacía despertar a los andaluces, y a base de triples los del Martín Carpena llegaban al ecuador del cuarto por delante (13-11).
Se entonaba Unicaja, que seguía muy acertado desde la línea de 3. Alberto Díaz abusaba de la débil defensa de Renfroe, y se abrían las primeras ventajas en el marcador. Sakho emergía como sostén del equipo y Benite llegaba para igualar el marcador. Pero también se asomaba Francis Alonso, que con su acierto llevaba el marcador a 30-24 favorable a Unicaja tras 10 minutos de juego.
Unicaja se va (27-21).
El partido siguió igual con el cambio de cuarto. Unicaja anotaba muy fácil, con Waczynski y Mekel a los mandos, y el Hereda San Pablo se mantenía como podía. Un triple de Abromaitis obligó a Peñarroya a pedir tiempo muerto mediado el cuarto y con 45-37 en el marcador.
La defensa burgalesa era inexistente, y de ello se aprovechó Unicaja. A base de triples, el conjunto de Fotis Katsikaris acribilló el aro burgalés. Tan sólo Jordan Sakho era capaz de mantener en partido a los burgaleses, que casi de milagro llevaban el marcador al 57-45 al descanso, todo un triunfo para como se había desarrollado el partido hasta ese momento.
Despierta el San Pablo (19-25).
Desde el primer momento se vio que el partido era otro. El Hereda San Pablo saltaba mucho más centrado, sobre todo en defensa. El 0-7 de inicio era un aviso de que el Miraflores no se iba a dejar escapar el partido. Unicaja seguía mentalmente en los vestuarios, y en 5 minutos solo contabilizó un triple de Bouteille (60-56) y Katsikaris pedía tiempo muerto.
Reaccionó tímidamente el equipo malacitano, y aunque los de Burgos llegaban a empatar el encuentro, un 8-2 en los instantes finales gracias a Díaz y un 3+1 de Abromaitis dejaba el marcador en 76-70 con 10 minutos por delante y con la sensación de que ahora era el Hereda San Pablo el que mandaba en el partido.
McFadden imparable (17-31).
El arranque del cuarto fue fiel relejo de cómo se iba a decidir el partido. Rivero ponía por delante a los burgaleses, que con un 0-10 de inicio rompían el partido. Unicaja se frenaba en seco, muy nervioso en ataque y fallones en el lanzamiento. El Miraflores iba a lo suyo, y con su gran defensa conseguía mantener seco a los malacitanos hasta que Rubén Guerrero rompió la racha tras casi 5 minutos de juego.
Revivieron los locales, que tras un triple de Jaime Fernández se ponía a 1 en el electrónico (81-82 min 36). Y apareció McFadden. El escolta americano demostró que los minutos finales se le dan muy bien, y a base de triples abortó cualquier intento de remontada cajista. Por si fuera poco, Sakho se unía a la fiesta y se imponía en la zona. Desaparecían las defensas, y aunque los andaluces lo intentaron, el marcador se quedó en un 93-101 para un heroico Hereda San Pablo Burgos, capaz de sobreponerse a los elementos para sacar adelante una victoria casi imposible.
LAS CLAVES
- 2 partidos: la primera y la segunda parte del partido fueron diametralmente opuestas. Antes del descanso, Unicaja avasallaba al Miraflores a base de triples. La defensa visitante dejaba muchísimo que desear y los Brizuela, Díaz y compañía abusaron con acierto del lanzamiento lejano.
Tras el descanso, el Hereda SanPablo se puso el mono de trabajo y supo rehacerse. Frenaron la sangría en defensa, y en ataque se apoyaron en las individualidades de Sakho, Rivero y McFadden. Unicaja desapareció del partido en el último cuarto y la victoria viajó a orillas del Arlanzón.
- El Miraflores menos coral: el conjunto de Joan Peñarroya suele ser un equipo en el que en casi todos los partidos, todo jugador que salta a pista acaba anotando. Siempre destaca alguien, pero muchos jugadores acaban cada día sumando 6 u 8 puntos.
Sin embargo, esta vez no fue así. El Coronavirus hace que media plantilla esté lejos de estar en forma, por lo que ahora se tira más de exhibición individual. Los sanos llevan el peso del partido a la espera de que sus compañeros se recuperen y vuelvan a su nivel habitual.
- Los que no han pasado Coronavirus tiran del equipo: Sakho firmó su mejor partido con la camiseta burgalesa, haciendo las cosas muy sencillas e imponiendo su físico en ambas zonas. Acabó muy destacado con 16 puntos y 18 de valoración. Salash tiró también del carro, haciendo mucho trabajo oscuro pero luciendo con 9 rebotes y 21 de valoración.
Mención aparte los 26 puntos y 9 asistencias de McFadden, con puntos en los momento clave del partido y vital en la victoria. A su lado, los también 26 puntos y 26 de valoración de Rivero, todo un dolor de cabeza para la defensa malacitana.
EL MVP
Thad McFadden: el americano con pasaporte de Georgia se salió en el Martín Carpena. Terminó el partido con 26 puntos, 9 rebotes y 31 de valoración. Aparte de los números, sus canastas llegaron en momentos clave del partido y fue clave en la reacción del equipo en la 2ª parte.
EL MVP
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