miércoles, 11 de mayo de 2022

El San Pablo deja la salvación para el sábado (84-70).

No pudo ser. el Hereda San Pablo Burgos dejó pasar una buena opción de depender de sí mismo para lograr la permanencia en ACB en la fuente de San Luis de Valencia. El equipo que dirige Paco Olmos volvió a ser un equipo que se deshizo a la mínima adversidad en la derrota ante Valencia Basket (84-70). Tras 15 minutos serios y competidos, los castellanos se dejaron llevar primero al final del segundo cuarto y después tras la reanudación. En total, 10 minutos (entre el minuto 15 y el 25) en los que el parcial fue de 27-10. La salvación queda para el sábado. El Miraflores debe ganar al Urbas Fuenlabrada y esperar la derrota de Casademont Zaragoza y/o MoraBanc Andorra en una última jornada en la que 4 o 5 equipos (depende de lo que haga Monbús Obradoiro en la jornada 33) se rifarán 2 puestos de descenso a LEB Oro.



LA CRÓNICA

Resistencia (18-16)

Empezó fuerte el Valencia Basket, con un Van Rossom que cosía a triples el aro de los de Paco Olmos. El conjunto burgalés salía centrado, y poco a poco iba sumando puntos que impedían que el chaparrón naranja les sacara de partido (11-7 min 5).

No mejoró el partido en los siguientes minutos. Los de Joan Peñarroya seguían viendo el aro como una piscina olímpica y se iban a base de canastas de 3 puntos. Pero llegaron las rotaciones. Ahí mejoró el San Pablo, que en los 2 minutos finales lograba cerrar su aro y en ataque sumaban sencillo cargando balones al juego interior (18-16 min 10).

San Pablo remonta y se deja llevar (22-17)

Siguió la buena línea el conjunto burgalés en el segundo acto. El Miraflores jugaba mucho más centrado, con Renfroe y Phillp cortocircuitando el ataque taronja. Ni el tiempo muerto de Peñarroya frenaba la tendencia, que un triple de Renfroe dejaba en 23-27 en el minuto 15 de partido. 

Volvieron las rotaciones y volvió el partido de inicio. Valencia se rehacía, mucho más serio con Van Rossom en pista. Por contra el San Pablo se diluía coincidiendo con el descanso de Phillip. La defensa ya no era la misma y la intensidad atrás decayó varios puntos. Lo aprovechó el equipo de la famosa cadena de supermercados, que cerraba un parcial de 17-6 en 5 minutos y dejaba el electrónico con 40-33 al paso por los vestuarios.

Así es imposible (44-37)

No remontó el partido a la salida de vestuarios. Paco Olmos salía de nuevo con el equipo de inicio, el que peor resultado estaba dando en pista, y lo pagó. Valencia Basket, serio pero sin alardes, anotaba con cierta facilidad mientras que en el aro contrario no había respuesta. Benite era el único que le ponía ganas, defendiendo, reboteando y anotando en solitario. Era muy fácil defender al Miraflores, y al ecuador del tercer cuarto estaba ya todo decidido (50-37 min 25).

La ventaja volaba hasta la veintena de puntos (62-43 min 30), y al partido le quedaban 10 interminables minutos. Olmos se dedicó a dosificar esfuerzos, y en una de esas dio con la clave y armó un equipo competitivo que bajó a 10 puntos la diferencia ante la relajación normal de los de Peñarroya (73-63 min 37). Poco duró la intentona, ya que los triples de Claver y Van Rossom dieron mucha tranquilidad a los locales, que acabaron su entrenamiento con una victoria por 84-70 que deja a Valencia Basket 3º de la Endesa ACB y al Hereda San Pablo colista y con la salvación pendiente en la última jornada.





LAS CLAVES

- 10 minutos: fue el tiempo que bajó la intensidad del San Pablo. Entre el minuto 15 y el 25 de partido, el conjunto de Paco Olmos pasó de liderar el marcador a perder de manera estrepitosa. El técnico azul no dio con la tecla con las rotaciones y los jugadores en pista adolecieron de la intensidad necesaria como bloque para dar la cara e intentar ganar el partido.

- Falta de intensidad: nuevamente fue la lacra del equipo castellano. A lo largo de casi toda la segunda mitad, faltaron muchas ganas para plantar cara a un Valencia Basket que ganó por inercia. Los de Peñarroya no pusieron ni mucho menos toda la carne en el asador. Fallaron muchas circulaciones de balón y si se impusieron en el primer cuarto fue por su inusualmente alto porcentaje de tiros de 3 puntos. Al final del 2º cuarto y al inicio del 3º, se encontraron una autopista para romper el partido y da la sensación de que casi sin querer, se impusieron. Menos mal que era el Miraflores el que se jugaba el descenso.

- Rotaciones ilógicas: funcionó muy bien el equipo en el segundo cuarto. Con Phillip y Renfroe cortando las líneas de pase, Valencia Basket no pudo ver aro con facilidad y le costó dios y ayuda anotar. En cuanto cambió el juego exterior, los de naranja vieron muy fácil el aro burgalés. A eso le añadimos de nuevo el ostracismo de Salash, que en el primer cuarto cerró a cal  canto el aro de los burgaleses. En el primer cuarto, los de Peñarroya anotaron una sola canasta de 2 puntos.

No se entiende que tras el descanso, saliera Olmos con los jugadores que peor rendimiento estaban dando en el partido. Con unas rotaciones nada flexibles y parece que decididas de antemano, el choque se escapó ante la falta de cintura de la banda azul. En el último cuarto, con Phillip, Renfroe, Rabaseda, Salash y Nnoko; los que mejor jugaron a lo largo de todo el partido, se remontaron 12 puntos y casi se mete en problemas a un Valencia Basket que se divirtió en su entrenamiento con público.


EL MVP

San Van Rossom: difícil escoger un jugador dentro del coral partido de los de Joan Peñarroya. Van Rossom fue el base de los mejores momentos del Valencia, en el primer cuarto, en el tercero y en los minutos finales sofocando la rebelión azul a base de triples. Terminó el partido con 11 puntos y 4 asistencias.


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