MoraBanc Andorra es un conjunto que esta temporada se encuentra entre 2 tierras: por un lado, la salvación parece ser su objetivo, pero tras un año en el que jugaron la Copa del Rey y Playoff, parece que la obligación es mantenerse en esos puestos de privilegio. Ya se han despedido de la Eurocup y en ACB andan coqueteando con la Copa del Rey, pero no andan demasiado lejos de la zona baja de la tabla.
LA PLANTILLA
Estamos ante la que probablemente sea la línea más completa del equipo. Por un lado está el francés Andrew Albicy, un jugador muy fuerte en defensa y solvente sin más en ataque, que destaca organizando el equipo. Pese a su corta estatura (solo 176 cm) el galo es una "lapa" en defensa y tira mucho de físico en su juego. Le acompaña Jaime Fernández, un escolta en el cuerpo de un base. Formado en la cantera del Estudiantes, tras varios años en la primera plantilla estudiantil, parecía haberse atascado. No progresaba conforme a su calidad, y este verano hizo las maletas buscando un cambio de aires. La jugada le ha salido redonda, ya que en Andorra parece haber explotado, aportando puntos, dirección y liderazgo. Juega bastantes minutos de escolta compartiendo pista con Albicy.
Completa la rotación el canterano Guillem Colom, que apenas salta al parqué durante 5 minutos por encuentro para dar descanso a sus compañeros.
ESCOLTAS/ALEROS
Recién llegado de Baskonia, ha explotado en el principado Jaka Blazic. El esloveno, campeón de Europa este verano con su selección, era un especialista defensivo con buena mano para tirar de 3 puntos. En Andorra su rol ha cambiado. Ahora es un anotador total y es una de las sorpresas de la ACB, promediando unos muy notables 16 puntos por noche. Además, sigue siendo muy buen defensor y ayuda mucho en el rebote defensivo. En este caso dar un paso atrás en su carrera le ha valido para dar dos hacia adelante, y sería raro no verle en un equipo de Euroliga el curso venidero.
Le acompaña en el campo David Walker, alero americano que se sacrifica para que brillen sus compañeros. La buena racha de Blazic y Fernández le deja poco balón en ataque, pero ha sabido adaptarse y aporta en tareas más oscuras, como el rebote o la defensa. Cuidado, no es manco de cara a canasta. Les acompaña un jugador que también tuvo un pasado en Baskonia, David Jelinek. El checo, canterano de la Penya, iba para estrella pero se ha quedado en el camino. Es un escolta ofensivo con un buen tiro pero muy irregular. Con los años ha mejorado en defensa, más por necesidad que por vocación, pero no es un especialista. La calidad está ahí, así que si tiene el día, puede ser peligroso.
Por último, otro jugador que también iba para estrella pero que hoy en día es un buen jugador sin más. Vladimir Jankovic es un alero alto muy completo. El serbio es capaz de tirar desde cualquier posición y de llevarse a rivales más débiles a la pintura. Sin embargo, le cuesta mucho crearse tiros, y adolece de cierto carácter. El que fuera mejor alero de la liga griega en 2013, le valió un contrato de 4 años con Panathinaikos, juega muchos minutos como ala-pívot debido a la plaga de lesiones de los andorranos.
ALA-PÍVOTS/PÍVOTS
Las posiciones interiores están siendo una pesadilla para Joan Peñarroya. Al poco de comenzar la temporada, Beqa Burjanadze se lesionaba de gravedad. Su sustituto, Cris Copeland, está también de baja, pero lo peor estaba por llegar: Karnowski y Diagne, los 2 pívots con más minutos, también son carne de enfermería en este momento.
Con este panorama, el peso del juego interior andorrano recae en un joven veterano de la ACB como John Shurna. El americano, con pasado en Valencia y Joventut, es el típico "4" moderno que tira mucho de 3 puntos y desprecia el juego en la pintura, aunque por exigencias del guión le toca zafarse al poste. En defensa es un jugador muy aplicado, pero sufre ante rivales más fuertes físicamente. No está jugando demasiado bien, pero ante las bajas es la referencia interior, tendrá minutos y el balón pasará por sus manos.
El otro interior es el serbio Oliver Stevic, un trotamundos del baloncesto. El serbio está en su segunda temporada en el MoraBanc, y no pasa de ser un jugador de rotación. Es el típico pívot balcánico con muy poca calidad pero al que le encanta el baloncesto. Suple su falta de talento con toneladas de trabajo y aprovechando al máximo sus limitados recursos. Jugador de cercanías del aro, pierde mucho cuando se aleja de la zona. No debería ser un peligro, pero si los interiores del San Pablo no están enchufados en el partido les puede dar la noche.
Recién llegado, y por ello toda una incógnita, está Landing Sané. El francés en un pívot más o menos grande (en Andorra dicen que mide 2,11 metros, pero en la página de la Eurocup pone que mide 2,07); que aprovecha su físico para ser decisivo en defensa. En ataque, es un jugador que abusa del tiro de 3 puntos. Una completa incógnita, puesto que acaba de llegar al país pirenaico y no se sabe muy bien si le ha dado tiempo a adaptarse y conocer a sus compañeros.
Las bajas pueden hacer que algún jugador de cantera como Maric o Tvalabeishvili sean parte de la rotación, pero su participación en el partido se antoja, en principio, anecdótica.
LAS CLAVES
- Defensa exterior: ya sin las bajas, Andorra es un equipo que vuelca sus ataques sobre sus exteriores. Con el juego interior casi destruido, más todavía. Blazic y Fernández están de dulce cara al aro, y Albicy dirige con maestría. Si el Miraflores quiere ganar debe empezar por limitar, dentro de lo posible, el poderío del juego exterior andorrano.
- Lucha por el rebote: después de lo visto la jornada pasada contra el Delteco GBC, más vale que el San Pablo se ponga las pilas para cerrar el rebote. Es un lacra que ha acompañado al equipo de Epi toda la temporada. Parecía que era una faceta controlada hace un par de jornadas, pero han vuelto a las andadas y está siendo una losa que decanta partidos en contra de los azules. No anda muy sobrado en el juego interior Andorra, pero conviene no relajarse ni un ápice.
- Circulación de balón: tras lo visto la jornada pasada en el Coliseum, una obligación. Peñarroya también habrá visto el partido, e intentará cortocircuitar las líneas de pase y presionar la salida de balón burgalesa. No se pueden repetir las pérdidas infantiles ni que una presión más o menos bien ejecutada te impida sacar la pelota de fondo.
- Mejorar la imagen: el que vio el partido de la semana pasada sabrá a lo que nos referimos. El San Pablo no puede permitirse esa imagen de equipo desbordado, jugadores vagando por la cancha o cuerpo técnico inactivo ante el descalabro del equipo.
EL DATO
Lo cierto es que la salvación no está tan lejos (a una victoria de Tecnyconta Zaragoza), pero las oportunidades del calendario se escapan y a la vuelta de la esquina espera un inicio de segunda vuelta no muy halagüeño. Desde la directiva parece ser que se piensa en un cambio de entrenador que sirva como revulsivo para la plantilla e intentar así cambiar la dinámica del equipo.
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