miércoles, 25 de marzo de 2020

San Pablo Burgos 17/18: permanencia sobrada en ACB.

Por primera vez, un equipo de baloncesto de Burgos jugaba la máxima competición nacional. Con un presupuesto ajustado y muchas incógnitas, el equipo logró desde el primer momento un apoyo excepcional por parte de la afición a pesar de unos comienzos nada alentadores (0-7 de inicio). Con la mejora del calendario y una mejor compenetración de los jugadores llegaron las victorias y al fin una permanencia lograda de manera holgada, algo impensable allá por el mes de noviembre.

Foto: fullbasket.com

Jugadores

Deividas Gailius: el alero lituano fue una de las grandes sorpresas del San Pablo del debut en ACB. Llegó como un experto en el lanzamiento lejano, pero pronto se vio que era mucho más. Luchador, gran defensor y muy importante a la hora de cerrar el rebote. Renovación imposible para el San Pablo, ya que un solo partido a la semana le sabía a muy poco. Después de Burgos, se fue al Pinar Karsiyaka turco y esta campaña está en el Neptunas Klaipeda, equipo del que es el gran referente ofensivo y que no pasó a octavos de la Basketball Champions League.
Foto: sanpabloburgos.com

Tadas Sedekerskis: fue uno de los fichajes que más ilusión levantó en la pretemporada. El alero lituano venía como una joven promesa del Baskonia que buscaba minutos. Comenzó más o menos bien (es el autor de la primera canasta en ACB del Miraflores), pero con el paso del tiempo fue a menos. En noviembre, Baskonia, San Pablo y el propio jugador se ponían de acuerdo para buscar un nuevo destino para Tadas, que acabó la temporada en el Nevezis lituano. La campaña pasada continuó allí, hasta que este año ha vuelto a ser cedido al Neptunas Klaipeda, donde comparte vestuario con Gailius en un equipo en el que tampoco acaba de explotar.
Foto: sanpabloburgos.com

Corey Fisher: fue un fichaje de campanillas para el debut en ACB. El americano venía con la vitola de base anotador, pero su paso por Burgos tuvo altibajos. Llegó pasado de peso a la ciudad castellana, y según se fue poniendo en forma su juego mejoró. Acabó la temporada como referente ofensivo del equipo, pero no acabó tirando del grupo como se esperaba. Tras acabar la ACB, se fue a Puerto Rico a jugar para el Santeros de Aguada, para poco después ir al Piratas de Quebradillas de la misma liga. Probó suerte en el Provence francés y terminó de temporero en el BAXI Manresa en 2019. Actualmente defiende los colores del Ironi Hai Motors Nes Ziona de Israel, donde, casualidades de la vida, actualmente comparte vestuario con J.P. Tokoto.
Foto: sanpabloburgos.com

John Jenkins: era el mes de noviembre, y ante la mala racha de inicio y la falta de pegada del juego exterior, el San Pablo se hacía con los servicios de John Jenkins, un escolta con la vitola de haber jugado en la NBA. Su misión era la de meter puntos, pero era algo que hacía a medias. Muchas veces el escolta sorprendía con 15 puntos en la primera mitad para desparecer tras el descanso y viceversa. Fueron sonados sus problemas burocráticos, que entre febrero y marzo le tuvieron retenido en EEUU durante un mes. Después de su salto a Europa, volvió a perseguir su sueño de asentarse en la NBA, con contratos en estos años con los New York Knics y los Washigton Wizards alternados con sus equipos vinculados de la G-League, los Winchester Knics y los Capital City Go Go.
Foto: sanpabloburgos.com

- Sebas Sáiz: el interior madrileño llegó a Burgos cedido por el Real Madrid, que fue su primer equipo profesional tras su buen paso por la liga universitaria de baloncesto de EEUU, la NCAA. Sus inicios fueron muy duros, pero poco a poco fue ganando confianza y su juego mejoró notablemente. Se convirtió en el interior suplente de referencia y durante varias fases del campeonato se impuso en la rotación a Huskic. Tras acabar su cesión en Burgos, el Real Madrid eligió mandarle al Iberostar Tenerife, puesto que novias no le faltaban. El salto se le atragantó al pívot, que tras un año decepcionante y tras desvincularse del equipo merengue, sorprendía a propios y extraños para enrolarse en las filas del Sun Rockets Shibuya japonés. En el País del Sol Naciente, Sebas se ha reencontrado y está dando un muy buen resultado en la pista, ganando la Copa Japonesa y siendo nombrado MVP del Torneo.
Foto: sanpabloburgos.com

Edu Martínez: el exterior riojano fue uno de los puntales del ascenso. Capaz de armar tiro en muy poco espacio, el club confió en él para dar el salto a la ACB. Sin embargo, su juego no acabó de cuajar. El salto fue muy grande y su falta de físico le dejaba siendo un jugador unidimensional y que no encontraba tanta facilidad para anotar como en la categoría precedente. Tras la primera campaña, buscó acomodo en el RETAbet Bilbao con el que volvió a conseguir el ascenso. Actualmente juega en el Ourense Baloncesto, club del que llegó al Miraflores.
Foto: sanpabloburgos.com

Felipe Dos Anjos: otro cedido en el primer año del equipo azul en ACB, otro del Real Madrid. El pívot brasileño desembarcaba en el Miraflores tras una buena campaña en el Oviedo de LEB Oro y con la esperanza de consagrarse en ACB. Sin embargo, su participación no fue la esperada. Muy alto y fuerte, le faltaba velocidad para poder jugar en la liga Endesa. La llegada de Jenkins le hizo pasar a no entrar en las convocatorias, y cuando lo hacía era el 5º pívot de la rotación y apenas contaba con minutos. Tras su paso por el Coliseum, lo intentó de nuevo cedido en el Breogán de Lugo, pero al no contar con minutos se enroló en las filas del Melilla Baloncesto de LEB Oro, donde acabó la temporada. Tras desvincularse del Real Madrid, esta temporada juega bien cerca, en el Chocolates Trapa Palencia con el que está inmerso en la lucha por el ascenso a la Endesa ACB.
Foto: sanpabloburgos.com

- Thomas Schreiner: el base austríaco llegaba a Burgos a poner algo de experiencia tras varias campañas en ACB con el MoraBanc Andorra. Su juego poco vistoso no ayudó en sus inicios, cuando el equipo no acababa de carburar. Por su estilo de juego, necesitaba que sus compañeros se entonaran, y cuando mejoró el equipo con el paso de las jornadas empezó a hacerse notable su influencia en el juego. Fue de los primeros en bajarse del tren al año siguiente. El club creyó que era necesario un jugador de otro corte y decidió no renovarle pese a que tanto el jugador como Epi querían prolongar la relación una nueva campaña. El base buscó acomodo en el RETAbet Bilbao Basket, y se convirtió en el héroe del ascenso al certificarlo con un inverosímil triple de 9 metros  en la final del playoff de ascenso. En tierras bilbaínas sigue, y este año fue capital en la victoria de los vascos en el Coliseum.
Foto: sanpabloburgos.com


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