Una vez acabada la vorágine de partidos de inicio que ha tenido el San Pablo, vamos a ver los diferentes frentes abiertos que va a tener este año el conjunto de Joan Peñarroya. Hasta el momento la estadística no puede ser mejor, ya que el Miraflores cuenta sus partidos por victorias en ACB y logró la clasificación para la fase de grupos de la Basketball Champions League.
En esta entrada vamos a ver las opciones del San Pablo en las 2 competiciones que va a afrontar este año, la Basketball Champions Llegue y la Endesa ACB.
BASKETBALL CHAMPIONS LEAGUE
A finales del pasado mes de junio se hizo oficial la participación del San Pablo Burgos en la Basketball Champios League. Pese a su nombre, la competición viene a ser la tercera de Europa en importancia por detrás de la Euroliga y la Eurocup. Todo ello se debe a la guerra entre la FIBA, organizadora de la BCL y de la cuasi clandestina FIBA Europe Cup, y los equipos más poderosos de Europa, organizadores de la Euroliga y la Eurocup.
¿Cómo surge la competición?
Para entender mejor la competición, hay que remontarse al año 2000. Encarando esa campaña, los equipos más poderosos de Europa se plantaron ante la FIBA y pidieron cambios en una ya vetusta Copa de Europa. El reparto de los ingresos de la competición fue el principal caballo de batalla, además de la intención de los equipos de crear una competición semi-cerrada, con varias plazas fijas. Ante la falta de acuerdo, la máxima competición continental se escindió en 2 competiciones: La Euroliga (auspiciada por los clubes) y la Suproliga, que organizó la FIBA.
Ambas competiciones convivieron durante una campaña con victoria de la Kinder de Bolonia de Ginobili en el primer caso y con el Maccabi Tel Aviv de Anthony Parker en el segundo. Después se llegó a un acuerdo por 15 años en gran medida gracias a la presión de los clubes de la Suproliga, que manifestaron en su mayoría su predisposición a cambiar de competición. La calma duró exactamente 15 años, y todo saltó por los aires de cara a la 16/17.
En reuniones previas ya se veía que la cosa no iba bien, pero todo estalló de forma definitiva en 2015 por diferencias sustanciales. La FIBA llegó a ofrecer 8 plazas fijas a determinados equipos (Real Madrid, Barça, CSKA Moscú, Maccabi Tel Aviv, Efes Pilsen, Fenerbaçe, Panathinaikos y Olympiakos) y el resto, hasta 24, por méritos deportivos. El reparto de dinero, al 50% entre clubes y FIBA. Sin embargo, los equipos se negaron y rompieron negociaciones, sabedores de que los principales equipos de Europa estaban unidos. Así, se escindieron de nuevo en la Euroliga y en la recién creada Basketball Champions League.
Tampoco ayudó en las negociaciones los planes de la FIBA para la clasificación de cara al mundial de China de este 2019. Hasta el momento, las selecciones se clasificaban por méritos deportivos ganados en el último europeo y finalmente se repartían otras 2 plazas en un torneo previo al campeonato. Ahora, la FIBA, a imagen y semejanza de la FIFA, planteaba las famosas "Ventanas FIBA" para la clasificación mundialista. Esto, impuesto de manera unilateral, forzó a los equipos a rebelarse aún más, ya que la federación de baloncesto no había contado con ellos y los partidos internacionales se solapaban con los de Euroliga. La respuesta de la Federación fue que era obligatorio para los jugadores acudir a los partidos si eran llamados, y la Euroliga puso como condición que la NBA también parara su competición, sabedores de que al otro lado del atlántico no iban a parar su liga por nada del mundo. El resultado de todo este embrollo ha sido que Croacia o la actual campeona de Europa, Eslovenia, no hayan estado en China.
Como resultado, la FIBA se ha quedado con una competición a la que acuden los mejores equipos que no pueden/quieren jugar ni Euroliga ni Eurocup, aunque se han logrado hacer fuertes en algunos países, como Francia, Italia o Turquía. La competición ha ido ganando competitividad poco a poco, más que nada porque muchos equipos medios de Eurocup (Casademont Zaragoza o BAXI Manresa como ejemplos más cercanos) se han dado cuenta de que tienen más opciones en esta competición pese a ser más escueta en premios en metálico. Como ejemplo, el millón de Euros que se lleva el campeón de la competición, contrasta con los 36 millones que se reparten los 18 equipos de Euroliga. Es decir, solo participar en Euroliga da más dinero que ganar la BCL.
Y para mejor muestra, un dato demoledor. El actual campeón de la Basketball Champions League, la Virtus Segafredo Bolonia que entrena un histórico como Shasha Djordjevic, ha decidido no revalidar su título este año y se ha ido a jugar la Eurocup, la 2ª competición de la Euroliga
¿Por qué la juegan equipos que no se han clasificado para los playoff?
Muy sencillo. La Basketball Champions League es una competición a la que se va por descarte. Suena duro, pero es así. La FIBA invita oficialmente a los 4 mejores equipos de la pasada Endesa ACB, pero sistemáticamente repelen la invitación para jugar Euroliga o Eurocup. Así, la FIBA va bajando posiciones hasta que encuentra (o no) a equipos decididos a jugar su competición. De ahí que el San Pablo haya accedido a la "mayor competición europea" habiendo quedado 11º de la temporada regular de la ACB. Por cierto, que esa posición fue un objetivo que se autoimpuso el conjunto azul, ya que la temporada pasada de haber querido también habría encontrado una invitación a la competición.
¿Cómo es el sistema de competición?
El sistema de competición es el típico del baloncesto continental en los últimos años. 4 grupos de 8 equipos cada uno juegan una liguilla a doble vuelta. Los 4 primeros de cada grupo se enfrentan en sucesivas rondas eliminatorias al mejor de 3 partidos (basta con conseguir 2 victorias) hasta que queden 4 equipos que se jugarán el título en una "Final Four" a único partido de semifinales y final. La adjudicación de dicha final se hace poco antes de su disputa en la pista de uno de los equipos que se clasifiquen para ella, premiando normalmente al equipo revelación. Así de paso, la FIBA se asegura de que las gradas de la gran final no parezcan un erial.
Para determinadas federaciones y para la última plaza de países con varias plazas, caso de España, los equipos deben jugar una o varias rondas previas como la que recientemente superó el San Pablo.
El grupo del San Pablo
No ha tenido mucha suerte el conjunto burgalés. El San Pablo se encuentra colocado en el grupo B de la competición, junto con el AEK de Atenas (uno de los grandes favoritos a un título final que ya consiguiera en 2018), el Teksüt Bandirma turco, Hapoel Bank Yavah Jerusalen de Israel, EB-Pau-Qaq-Orthez francés, Anwill Wloclawec polaco, RASTA Vechta teutón, y Telenet Giants Antwerp belga. La falta de suerte se explica por varios motivos:
- Nivel deportivo: está el campeón de hace 2 años (AEK), uno de los equipos que jugó la Final Four (Antwerp), un equipo aspirante a todo por plantilla (Hapoel Jerusalén) y varios equipos muy incómodos, como el RASTA-Vechta alemá o el Bandirma turco.
- Geografía: el gran problema de esta competición es la enorme dispersión geográfica por ciudades pequeñas de Europa. Sin ir más lejos, una ciudad como Burgos es un auténtico quebradero de cabeza, ya que la falta de vuelos regulares hace que para venir a jugar a orillas del Arlanzón haga falta un vuelo a Madrid o Bilbao y después un enlace en autobús; o bien fletar un caro vuelo chárter al aeropuerto burgalés ya que al menos existe esa opción.
Al conjunto azul le va a tocar viajes complicados por horas de vuelo (Jerusalén sobre todo) y destinos incómodos, como la ciudad de Vechta en Alemania (30.000 habitantes y más de 1 hora del aeropuerto más cercano) Bandirma, enclavado dentro de Turquía y a más de 3 horas por carretera de Estambul o Wloclawek, a 2 horas de Varsovia. Y puede dar gracias el conjunto inmobiliario, que ha evitado destinos aún menos apetecibles como Novgorod en Rusia, Klaipeda en Lituania, Riga en Estonia o Morna, en Montenegro.
Las opciones del San Pablo
El conjuto burgalés cuenta con opciones de pasar de ronda. La teoría dice que tanto AEK como Hapoel están un punto por encima del resto, pero a partir de ahí todo puede pasar. El grupo formado por Antwerp, Burgos, Bandirma y probablemente RASTA Vechta se deberían jugar las 2 plazas restantes. Polacos y franceses parecen un punto por debajo del resto de equipos, pero esta es una competición muy imprevisible y todo puede pasar. Ningún equipo es tan superior ni a ninguno se le puede descartar de antemano.
El Miraflores cuenta en su contra con un punto muy importante: la Endesa ACB es de largo la competición más exigente a nivel deportivo de todas las ligas domésticas de los equipos que conforman el grupo. Tan sólo AEK y Bandirma juegan en ligas de primer nivel europeo, con Vechta jugando también en una competición que poco a poco va ganado relevancia. Por contra, Hapoel o Antwerp juegan los fines de semana en competiciones que nada tienen que ver con la ACB. El desgaste del conjunto de Peñarroya será mayor en ese aspecto, algo que puede limitarle en sus opciones de lograr la clasificación.
EL RETO DE LA ENDESA ACB
En su 3ª campaña en la mejor liga doméstica de Europa, el San Pablo espera por fin dar un paso adelante que le permita estar en disposición de luchar por lo menos por los puestos nobles de la competición. La idea desde el Miraflores es estar en la pomada, y por qué no conseguirlo, de los puestos que den acceso a la Copa del Rey y a los playoff. La empresa no es sencilla, pero parece que tanto por presupuesto como por plantilla es posible lograr algo que hace apenas 2 años parecía una auténtica quimera.
Los rivales
Viendo los equipos ACB de este año, se pueden "adjudicar" una serie de plazas por presupuesto y plantilla. Los 4 primeros de la competición deberían ser los conjuntos de Euroliga (Barça, Madrid, Baskonia y Valencia). Las lesiones y lo lejos que lleguen en Europa marcarán el orden. A su rebufo anda Unicaja de Málaga, que este año parece haber dado un pequeño paso atrás. Junto a ellos, aparece Herbalife Gran Canaria, sin tanto equipo pero con una plantilla muy compensada que no se va a desgastar en competiciones europeas. A partir de ahí, la nómina de aspirantes a los puestos nobles parece muy extensa.
Al San Pablo hay que añadirle a varios conjuntos que están a un nivel parecido. Iberostar Tenerife parece uno de ellos a pesar de haber cambiado a toda la plantilla. El conjunto insular suele estar en estas lides, aunque tocará esperar a ver cómo les afecta la competición europea. Otro de los contendientes es el UCAM Murcia, que tras pasar una mala campaña por la dificultad de compaginar Europa y la liga doméstica, parece que este año puede dar un salto de calidad. Por último, el incombustible MoraBanc Andorra, que una temporada más se rehace y siempre consigue sacar un equipo competitivo.
A partir de este pelotón de 4, aparecen las dudas. Por su desempeño la campaña pasada, BAXI Manresa y Joventut debrían estar ahí, pero en esta nueva campaña están dejando muchas dudas ya que sus plantillas han cambiado sustancialmente y este año juegan competición europea. Casademont Zaragoza es otra de las dudas, con Europa y una plantilla quizás un poco estancada. Por último, Monbús Obradoiro parece un equipo que presenta más dudas tras una campaña pasada en la que coqueteó con el descenso demasiado tiempo.
Y por último, la lucha por no descender. Movistar Estudiantes parece que volverá a sudar, a pesar de haber retenido contra todo pronóstico a Brizuela. Montakit Fuenlabrada y los recién ascendidos Coosur Betis y RETAbet Bilbao también aparecen, en principio, en ese pelotón.
Claves de la campaña ACB
- La BCL: la competición europea va a ser el gran peligro para el San Pablo. Compaginar 2 competiciones y luchar contra equipos que multiplican por 10 tu presupuesto (se rumorea que el Barça va a gastar este año 50 millones) es muy complicado. Y más cuando equipos que en principio están a tu nivel no cuentan con el desgaste extra de la competición europea.
Los casos de descensos estando jugando en Europa (RETAbet Bilbao el más reciente) o pasar campañas muy sufridas por ello (Herbalife Gran Canaria y UCAM Murcia coquetearon con el descenso casi toda la campaña pasada) son ejemplos a los que hay que prestar muchísima atención.
- No hay equipos débiles: al contrario que otras campañas, este año en ACB no hay equipos claramente descolgados que desde un primer momento parezca que van a bajar de categoría. Hace 2 años era el Betis, o el año pasado Breogán o Delteco GBC los que desde un primer momento parecían carne de descenso. Viendo las plantillas de los actuales equipos de ACB, es muy complicado asignar el sambenito de "equipo que va a descender" a algún contendiente. El paso de las jornadas, las lesiones o el fallo en apuestas arriesgadas (ojo a Manresa, Bilbao o Fuenlabrada en este aspecto) colocarán a cada equipo en su lugar.
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