martes, 10 de marzo de 2020

Rivero y Clark llevan al San Pablo a cuartos (95-80).

Victoria y billete para cuartos de final de la Basketball Champions League. En un vacío Coliseum, el San Pablo Burgos se impuso a un flojo Dinamo Sassari (95-80). Tras un inicio fulgurante en el que los italianos se llegaron a poner 17 arriba en el primer cuarto, el conjunto castellano tiró de raza y supo remontar al descanso. Tras el paso por vestuarios, el conjunto italiano confirmó las malas sensaciones del 2º cuarto y no fue rival para un Miraflores que a medio gas resolvió el partido. Ahora, el conjunto azul espera a su rival, que saldrá de la eliminatoria que están jugando el Hapoel de Jerusalén y el Peridteri griego, con ventaja momentánea de los hebreos.


Gran partido del San Pablo. De inicio se vio superado por un Sassari muy entonado en el lanzamiento lejano. Tras recomponerse del susto inicial, la defensa y al aportación de Clark jugando de alero, el timón de Bassas y el trabajo en la pintura de Jasiel Rivero dieron la vuelta al marcador. Con las rotaciones, Sassari desapareció por completo del partido, y durante 3 cuartos completos penó sobre el parquet como un equipo sin rumbo y sin identidad, con ningún jugador capaz de erigirse en líder e intentar la remontada.


EL LÍO DE LA PREVIA

Sencillamente digno de una película de José Luis Cuerda. El lunes por la mañana, el conjunto sardo anunciaba que o se jugaba a puerta cerrada, o ellos no aparecían por el Coliseum. El equipo viajaba hasta España, pero si había público, no había partido. El San Pablo no cedía, temiendo sobre todo que el equipo italiano quisiera tirarse un farol y simplemente quisiera evitar a 9000 personas poniendo más presión en el campo. El toque surrealista llegó por la tarde, cuando el Dinamo Sassari emitía un comunicado firmado por el presidente en el que decía que el equipo se volvía a Cerdeña sin jugar.

En esos momentos, el conjunto burgalés era ya cuartofinalista de la competición, pero ocurrió algo más hilarante todavía. En contra de las órdenes del presidente del Dinamo (supuestamente. El incendiario comunicado pareció más bien otra forma de meter presión) el equipo se quedaba en Burgos esperando la resolución del Consejo de Ministros. En esa reunión, el gobierno tomaba una decisión controvertida al hacer todos los partidos deportivos desde el martes hasta el final de mes obligatoriamente sin público.

Total, el equipo italiano se lanzó un farol que le ha salido bien en parte por la acción independiente del Gobierno de España. pero todo el tema de la huida a Italia, un equipo en el hotel en contra de las indicaciones de su presidente, ... Todo un sainete digno de Amanece que no es poco.

LA CRÓNICA

Susto de inicio (21-32)

Desde el 0-7 de incio se vio mejor plantado al Sassari en pista. San Pablo defendía mal el triple y Spissu movía al equipo a su antojo. Peñarroya paraba el partido mediado el cuarto para tratar de frenar la sangría (4-16 min 5).

No mejoró precisamente el partido. Sassari seguía de dulce en el triple, con Spisssu, Vitali y Evans seguían haciendo muchísimo daño (13-30 min 8). El partido se le iba al San Pablo, pero los triples de Benite y McFadden sostenían a duras penas al equipo en partido con el 21-32 de final de cuarto.

Rivero y Clark al rescate (24-11)

Peñarroya se la jugaba con los menos habituales. Clark como alero, Apic y Rivero en pintura y Benite en el banco. Y le funcionó. Sassari empezaba a obcecarse con el triple y lo aprovechó el Miraflores. Clark sacaba mucha ventaja de su físico y Rivero estaba impecable en el rebote ofensivo. La diferencia empezaba a reducirse ante la sorprendente inmovilidad de Pozzecco desde el banco sardo (35-34 min 15).

Desde la máxima, el parcial era de 22-4 y por fin reaccionó el banquillo italiano. Volvían los Pierre, Evans o Spissu y el equipo mediterráneo comenzaba a responder en pista. Sin embargo, el Miraflores ya había entrado en partido y respondían de tú a tú a todos los intentos de romper el partido de los sardos. Al descanso, el 45-43 del marcador dejaba el partido muy abierto y con toda la afición respirando tras un inicio de partido muy complicado.

San Pablo sigue a lo suyo (29-18)

El partido siguió por los mismos derroteros tras el descanso. Sassari seguía muy atascado en ataque, y el San Pablo se encontraba cómodo en pista (57-48 min 25).


El conjunto local sobrepasaba la decena de puntos de ventaja, y aunque los italianos mejoraban (peor era francamente imposible) los árbitros entraban en escena para pedir su cuota de protagonismo y enredar en el partido. Al final del cuarto, un triple de Fitipaldo dejaba el electrónico en 74-61, con el partido muy de cara para el Miraflores.

Sentencia sin oposición (21-19)

El partido parecía acabado, más por las sensaciones que por el marcador. Sassari parecía un equipo bloqueado mentalmente e incapaz de sobreponerse al Miraflores. Los primeros minutos, no hicieron más que confirmar esa sensación que recorría un gélido Coliseum (84-71 min 35).

El partido ya sólo podía acabar, y las canastas de Bassas, Clark o McFadden dejaron el marcador final en 95-80, en un partido en el que el Miraflroes tiró de raza para remontar en la primera parte y que en al reanudación simplemente jugó sencillo ante un Sassari muy flojo que sólo disputó 8 minutos de los 40 del partido.




LAS CLAVES

- Reacción: el primer cuarto fue un volcán de sensaciones para ambos equipos. Sassari era amo y señor del partido, anotando desde el triple como si del San Pablo se tratase. El partido parecía que se iba a romper, pero el Miraflores supo rehacerse. 

Peñarroya sacó a Clark de alero, que supo ganarse canastas gracias a su superioridad física. Rivero hizo un muy buen trabajo con el rebote ofensivo, dando muchas segundas oportunidades. A todo ellos se sumó la buena dirección de Bassas y el trabajo en defensa, endosando a Sassari un parcial de 22-4 desde la máxima de los italianos (13-30) hasta que el Miraflores se volvió  aponer a los mandos del partido (35-34). 

- Clark se come a Pierre: mala eliminatoria del jugador clave del Dinamo Sassari. Tanto en Italia como en España el canadiense no ha sido capaz de sobreponerse a Earl Clark. El jugador del Miraflores ha sido superior y se le ha visto muy cómodo en una posición que hasta esta eliminatoria había ocupado muy pocas veces en el San Pablo.

- Peñarroya se deja de tonterías: en el primer cuarto, con el Sassari descomponiendo la defensa local, Peñarroya dio con la tecla. El equipo formado por Bassas, McFadden, Clark, Rivero y Apic funcionó y el técnico del Miraflroes se dejó, por una vez, de sus ataques de entrenador. Mantuvo al equipo que estaba funcionando en pista y permitió la remontada del Miraflores. Tras el descanso, el conjunto italiano lo puso fácil y ya volvió el Peñarroya habitual, rotando mucho a sus jugadores. 

- Pozzecco, uno más para el Miraflores: lo del técnico italiano ha sido inexplicable. Tras un inicio fulgurante, llegó la hora de las rotaciones. Fiel a su idea, el técnico del conjunto de Cerdeña rotó a sus jugadores conforme a su guión preestablecido, pero por el camino se dejó toda su ventaja. Al perder los 17 puntos que había llegado a amasar en el primer cuarto reaccionó, y devolvió a pista a sus mejores hombres.

Para muestra los 2 puntos que consiguió el banquillo del Sassari en la primera mitad del partido, con jugadores que superaron los 5 minutos en pista en todos los casos. El Coliseum no pudo ayudar a los suyos, pero el técnico italiano suplió a la perfección a la hinchada azul.

- Los árbitros se hacen los protagonistas: en un partido fácil, los jueces del partido se erigieron en protagonistas para mayor gloria de sus egos. Pitaron una falta en ataque a Gentile en un triple, algo que sólo ellos vieron. El italiano, de sangre muy caliente, vio un par de jugadas después cómo McFadden hacía una parecida a la que le habían pitado y no era sancionada. Al acabar la jugada, el escolta conseguía una canasta con algún contacto de los defensores azules, algo que no sancionaron. Gentile estalló, y a la técnica le siguió una descalificante al insultar a los árbitros. 

El resultado fue un 6-0 de parcial para el San Pablo, merced a los 3 tiros libres y un triple en el ataque de la descalificante. El equipo azul no lo necesitaba, ya que estaba siendo muy superior en el campo, pero se vio muy beneficiado por ello. El colofón fue una ténica a Apic en la lucha por el rebote cuando el serbio, como viene siendo habitual, ni siquiera se acercó a luchar por el rechace.


EL MVP

Jasiel Rivero y Earl Clark: ambos jugadores se lo merecen. Resultaron claves en la remontada del segundo cuarto y ayudaron a romper el partido tras el descanso. Al final, 17 puntos y 15 rebotes para 29 de valoración del interior cubano y 22 puntos y 5 rebotes para 20 de valoración del esta vez alero americano.

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