Una vez más haciendo historia, El Hereda San Pablo Burgos jugará su 2ª final consecutiva de la Basketball Champions League. El conjunto de Joan Peñarroya venció en una buena segunda parte a un peleón Sig Strasbourg (81-70). Tras 15 minutos en los que los franceses fueron netamente superiores, la raza de Benite devolvió al Miraflores al partido al filo del descanso. Tras el paso por vestuarios, Benite, Rivero y McFadden impulsaron a los españoles, ayudados por un Horton inconmensurable en labores defensivas. El choque terminó con cómodas rentas siempre por encima de los 10 puntos en el cuarto final.
En la gran final espera el verdugo del Casademont Zaragoza, el Pinar Karsiyaka turco que entrena Ufuk Sarica. El conjunto otomano lleva toda la temporada un poco por debajo del radar, sin llamar mucho la atención pero ya finalista en su primera edición de la BCL. Equipo completo, pues es de los pocos, junto con los ACB, que no cuenta en su plantilla con 5 americanos y jugadores de relleno. Para Sarica todos cuentan, y si no que se lo digan a los maños, que sufrieron una derrota en los segundos finales gracias a una presión defensiva asfixiante de los jugadores menos habituales en los segundos finales.
LA CRÓNICA
Strasbourg sale mucho más centrado (15-25).
Desde el principio se vio que los galos tenían muchas ganas de jugar la final. Minimizaban con su defensa el ataque burgalés y veían aro con suma facilidad. El 0-8 de inicio sólo lo pudieron contrarrestar los rebotes ofensivos de Rivero. Cuando un triple de McFadden parecía meter en harina al Miraflores, aparecía Wainright, que con 9 puntos llevaba el partido a 7-16 en el ecuador del cuarto.
Peñarroya miró al banquillo y encontró la solución en Sakho. El congoleño no encontraba rival bajo el aro y anotaba 6 puntos seguidos que hacían que lloviera mucho menos. Sin embargo, la mejora burgalesa no le daba para cerrar la brecha en el marcador. Al contrario, en los minutos finales un buen Jefferson llevaba la ventaja por encima de los 10 puntos, diferencia que dejaba finalmente Rivero en 15-25 al final de los primeros 10 minutos.
San Vítor, como casi siempre (22-18).
Con el cambio de cuarto, aparecían las defensas. Costaba horrores anotar, y el Miraflores no era rival con 2 escoltas y 2 ala-pívots para los franceses. Se diluían las ventajas físicas de los castellanos, y un cómodo Strasbourg mandaba claramente mediado el cuarto (23-34 min 15) con los puntos de un destacado Colson.
Peñarroya viró su estrategia, y mejoró el San Pablo. Kravic liberaba a Rivero, que empezaba a ver canasta con facilidad. Salvó se convertía en un factor inesperado, pero al final siempre volvían los galos al partido, manteniendo las distancias. Hasta que llegó Benite. El brasileño se ponía al equipo por montera una vez más, y con 8 puntos seguidos, metía de lleno en el partido al Hereda San Pablo (36-37 min 19). Pero reaccionó Strasbourg. Tuovi abroncaba a los suyos por su inactividad defensiva, y volvían a ver aro. Al final, un inverosímil 3+1 de Bohacik llevaba el marcador a 37-43 al descanso.
Vuelve el mejor Hereda San Pablo (26-14).
Se marchó a los vestuarios muy cabreado Peñarroya, y su charla surtió efecto. Con un Horton implacable en defensa y unos Rivero y Benite muy acertados de cara al aro, la ventaja francesa iba mermando. Strasbourg no encontraba referentes, y sin prisa pero sin pausa veían cómo se les iba el partido. Benite puso por delante a los de Burgos por primera vez y la alternancia de canastas dejaba el marcador favorable a los franceses (48-49) al ecuador del cuarto.
Según iba el partido, que el San Pablo abriera brecha era cuestión de tiempo. Los castellanos estaban mucho mejor plantados en pista, y aunque fallaban en ataque, recogían una cantidad ingente de rebotes ofensivos que les mantenían siempre por delante en el marcador. Kravic abría un hueco en la zona que acababa de rematar un triple sobre la bocina de McFadden que dejaba el electrónico en 63-57 a falta del último cuarto, máxima diferencia del partido para los vigentes campeones.
McFadden rompe el partido (18-13).
Se había calentado al final del cuarto anterior, y ya sabemos que cuando entra en calor, es imparable. McFadden seguía en modo apisonadora, y nada más comenzar el cuarto clavó otro triple. Strasbourg bajó el nivel de intensidad un poco nada más, y lo aprovechó el Miraflores para romper el partido con un 7-2 de inicio que obligaba a Touvi a pedir tiempo muerto (70-59 min 32).
No cambió el panorama, con un McFadden completamente desatado bien secundado por Benite y Kravic. En en otro lado, Tuovi se desgañitaba viendo que se escapaba la final sin remedio (74-59 min 34, nuevo tiempo muerto de Strasbourg). Reaccionaba a base de orgullo el conjunto galo, pero Peñarroya no daba ni un segundo de respiro a los suyos. La intensidad defensiva fue muy alta, e impidió cualquier intento de remontada de los franceses. El partido acababa plácidamente para los intereses burgaleses, con diferencias que siempre estuvieron por encima de la decena de puntos. Al final del partido, 81-70 y un nuevo billete para la gran final de la Basketball Champions League.
LAS CLAVES
- La raza de Benite: el brasileño está en el mejor momento de la temporada. Una vez pasados los parones por coronavirus y olvidadas sus molestias físicas en espalda y piernas, el brasileño vuelve por sus fueros. Cuando peor estaba el partido, tiró de raza y en 2 minutos imponentes, acercó a su equipo a un punto con un 8-0 de parcial. Siguió su buen partido en la segunda mitad, anotando cuando hizo falta y como escudero de McFadden cuando el americano tuvo su minuto bueno. Terminó el choque con 16 puntos y un +11 con él en la pista.
- Una segunda mitad para enmarcar: gran reanudación de los burgaleses. La defensa castellana rozó al perfección. Destacó un Horton sencillamente espectacular. Cerró la canasta a cal y canto, hizo mucho más sencillo en trabajo de sus compañeros y provocó muchos contragolpes que se tradujeron en sencillas canastas del Hereda San Pablo. Como dato, el resultado de la segunda mitad, un clarísimo 44-27.
- La efervescencia de McFadden: el americano no estaba teniendo su torneo. En cuartos pasó desapercibido, y hasta el último minuto del tercer cuarto llevaba 2 triples sueltos. Al final de ese cuarto e inicio del definitivo, volvió el McFadden arrolllador que ve el aro como una piscina olímpica. En apenas 5 minutos de inspiración, llevó el partido del 60-57 al 74-59.
EL MVP
Kenneth Horton: gran partido del americano. Más allá de sus buenos números, 10 puntos, 5 rebotes y 15 de valoración, hay que destacar sus intangibles. Defendió como un coloso y al estar en pista mejoró mucho el juego de Jasiel Rivero, al que quitó gran cantidad de trabajo sucio. Fue el jugador con un +/- más destacado, con un +15 en los 27 minutos que estuvo en pista.
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